En España en los últimos diez años hemos estado sacando visones americanos del río sin saber cuantos había. A fecha de hoy seguimos sin saberlo. Por supuesto no da lo mismo eliminar cinco que cinco mil, pero cualquiera que sea la cifra, si no conocemos la población sobre la que estamos trabajando, difícil va a ser que podamos evaluar rigurosamente nuestro trabajo. Aunque en este caso no hace falta hacer grandes cálculos, la expansión del visón americano avanza a buen ritmo y eso es síntoma inequívoco de que no estamos haciendo las cosas bien, no estamos logrando el objetivo de controlar la especie. Urge por tanto mejorar.
No es previsible que el protocolo vigente cambie radicalmente de la noche a la mañana, pero al menos hay algunas mejoras en ciernes. La más llamativa tiene que ver con «plataformas flotantes». Y me atrevo a llamarla mejora porque ya está probada en Reino Unido, Portugal, Francia, Alemania,… y al parecer «todo son ventajas». Hasta un premio le han dado al artífice del invento.
Se trata básicamente de combinar la detección de rastros y la captura de animales sobre un sustrato artificial atractivo para los visones. El que quiera saber más se puede ilustrar aquí.
Hasta mercado tiene el invento.
Detección temprana, rápida captura, especificidad, menor coste por unidad de esfuerzo, voluntariado entusiasta,… ¿La solución definitiva? Probablemente no. Nos queda mucha tarea pendiente, pero dado el amplio margen de mejora que tenemos cualquier cambio es bienvenido. Esperemos que con esta inyección de talento los resultados positivos no tarden en llegar.