Mink rafts. Mejorando lo presente
En España en los últimos diez años hemos estado sacando visones americanos del río sin saber cuantos había. A fecha de hoy seguimos sin saberlo. Por supuesto no da lo mismo eliminar cinco que cinco mil, pero cualquiera que sea la cifra, si no conocemos la población sobre la que estamos trabajando, difícil va a ser que podamos evaluar rigurosamente nuestro trabajo. Aunque en este caso no hace falta hacer grandes cálculos, la expansión del visón americano avanza a buen ritmo y eso es síntoma inequívoco de que no estamos haciendo las cosas bien, no estamos logrando el objetivo de controlar la especie. Urge por tanto mejorar.
No es previsible que el protocolo vigente cambie radicalmente de la noche a la mañana, pero al menos hay algunas mejoras en ciernes. La más llamativa tiene que ver con «plataformas flotantes». Y me atrevo a llamarla mejora porque ya está probada en Reino Unido, Portugal, Francia, Alemania,… y al parecer «todo son ventajas». Hasta un premio le han dado al artífice del invento.
Se trata básicamente de combinar la detección de rastros y la captura de animales sobre un sustrato artificial atractivo para los visones. El que quiera saber más se puede ilustrar aquí.
Hasta mercado tiene el invento.
Detección temprana, rápida captura, especificidad, menor coste por unidad de esfuerzo, voluntariado entusiasta,… ¿La solución definitiva? Probablemente no. Nos queda mucha tarea pendiente, pero dado el amplio margen de mejora que tenemos cualquier cambio es bienvenido. Esperemos que con esta inyección de talento los resultados positivos no tarden en llegar.
Las cuentas del hábitat
Los visones necesitan comida y refugio. Nada demasiado complicado. A la hora de comer: peces, ranas, pequeñas aves, ratones, cangrejos,… Cualquier presa de tamaño razonable es bienvenida. Dependiendo de la región o la época del año, la oferta determinará la composición final del menú. Todo un oportunista. El refugio lo encuentran en riberas con buena cobertura arbustiva, madera muerta, estructuras permeables,… la clave está en poder desplazarse sin ser visto.
Desgraciadamente, aunque parezcan requerimientos sencillos no todo el monte es orégano. No es un secreto que nuestros ríos han sufrido durante el pasado siglo una gran transformación, de modo que dentro del área de distribución de la especie podemos encontrar los dos extremos. Ríos que ofrecen hábitat de gran calidad:
Y ríos en los que los visones lo tienen difícil para llegar vivos a fin de mes:
En medio, una amplia gama de situaciones en la que la densidad de población humana determina la mayor o menor naturalidad del ecosistema fluvial, mediante la contaminación del agua y la ocupación de cauces y márgenes, principalmente.
No sabemos cuanto hábitat óptimo les queda hoy a los visones en España, pero podemos indagar en la cuestión a través de los cálculos que han hecho nuestros vecinos franceses, con los que compartimos población y responsabilidad. Ellos lo han planteado de otra manera. Estimaron que necesitan entre 1.500 y 2.800 km de cursos de agua para mantener una población que pueda considerase viable desde el punto de vista genético. Dicha población debería estar en el rango de 350 – 700 individuos y estructurada como máximo en 10 subpoblaciones de 30-40 reproductores (datos estimados a partir del stock cautivo del European Endangered Species Programme).
Dependiendo de la densidad poblacional que consideremos (1, 2, 5 individuos cada 10 km) estaremos más cerca de los 1.000 o de los 5.000 km. Son datos groseros, pero pueden dar una idea del orden de magnitud en el que debemos situar nuestros objetivos: unos cuantos centenares de animales distribuidos en una red fluvial de unos pocos miles de kilómetros. Como mínimo.
¿Los números del visón europeo en España superan este objetivo mínimo? Hace 10 años se decía que la población española superaba los 1.000 ejemplares, hoy se habla de 700, pero detrás de estas cifras ha habido disparidad de criterios y procedimientos de cálculo, cuando no meros titulares periodísticos. De lo que no hay duda es que a fecha de hoy no tenemos información fidedigna que permita realizar una estimación global rigurosa.
¿Y de hábitat en España qué tal andamos? Repasemos. Como mínimo necesitan 1.000 km, sin visón americano, con una calidad del agua «media» (que haya al menos ranas, bogas y cangrejos), con buena cobertura vegetal en las márgenes, sin «puntos negros» donde acabar atropellado,… ¡1.000 km! ¿Estos franceses están de broma, no?